Los propietarios de esta vivienda ubicada en Urdaibai querían transformarla en un hogar abierto, funcional, fresco y con mucha luz natural.
La distribución inicial no resultaba cómoda ya que estaba dividido en espacios pequeños: salón, cocina, tres habitaciones y dos baños muy pequeños.
Aunque la vivienda contaba con luz natural, los revestimientos existentes, suelos, ventanas y puertas de madera oscura, lo hacían parecer aún más oscura.
La vivienda contaba con un patio interior de unos 20 m2 pero se accedía desde una de las habitaciones y los propietarios querían acceder desde el salón o la cocina.
La nueva distribución se centró en cambiar de sitio la cocina para que se pudiera acceder al patio desde ella, y a su vez se definieron bien la zona de día y la zona de noche creando espacios más abiertos, recibidor, cocina y salón, para que la luz natural llegara a todos los espacios.
La cuestión que más preocupaba a los propietarios era la de mejorar la eficiencia energética. Para ello, se mejoró el aislamiento: el mal cerramiento de las viviendas es un punto clave del escape del calor en invierno y el frio en verano. Como era una intervención individual la vivienda se aisló desde el interior trasdosando y aislando todo el perímetro, incluyendo suelo y techos.
Una de las desventajas es que se reduce el espacio interior en todo el perímetro de la vivienda aunque es mínimo. Una vez de tener el envoltorio aislado nos centramos en las ventanas, siendo estas los elementos más importantes a la hora de asegurar el correcto aislamiento de la vivienda.
Los propietarios querían mantener el encanto clásico de la carpintería exterior de la vivienda, por ello, como las ventanas y puertas balconeras estaban en buen estado y tenían rotura de puente térmico y doble acristalamiento, siendo estancas, se lacaron en blanco para dar más luminosidad a la vivienda.
Una de las mayores decisiones que tuvimos que tomar era por qué sistema cambiar la caldera de gasoil. Se apostó por la aerotermia para ACS y calefacción por suelo radiante.
La energía que aprovecha la aerotermia está ahí, viene del aire como su propio nombre indica, está a nuestro alrededor, a nuestra entera disposición y es inagotable puesto que lo genera la propia naturaleza. Funciona con una bomba de calor, que es un dispositivo aire-agua capaz de aprovechar la energía contenida en el aire exterior, para transformarla en calor y cederla al interior de la vivienda para calefacción y agua caliente.
Aunque funciona con electricidad, el alto rendimiento de las bombas de calor modernas permite que obtengamos entre dos y cinco unidades de energía térmica por cada unidad de energía eléctrica. Supone, por lo tanto, un enorme ahorro respecto a los sistemas de calefacción tradicionales basados en la combustión, reduciendo la factura hasta en un 50%.
Los suelos de la vivienda son laminados de madera de roble con lamas largas y anchas.
Las puertas interiores se sustituyeron por puertas molduradas y lacadas en blanco siguiendo la esencia clásica de la carpintería exterior.
Los colores neutros son los que predominan en la vivienda: maderas, blancos, beiges y grises con toques dorados y con alguna pincelada de color en verdes, rosas o turquesas y alguna pincelada de negro en detalles como los cojines,…
Siendo una vivienda pequeña, otro de nuestros objetivos era maximizar la funcionalidad de cada espacio, así el recibidor y la cocina se concentran en un mismo espacio abierto delimitado con la península de la cocina.
El recibidor no solo se abre directamente a la cocina sino, se comunica visualmente con el salón de la vivienda, separado con doble puerta de cristal.
El mueble de la entrada funciona como zapatero y está diseñada a medida con los mismos acabados que la cocina, lacados en blanco y con una repisa de roble natural.
Una cocina sofisticada, funcional y con líneas limpias con mobiliario lacado en blanco junto con la encimera Calacatta Gold contrasta con el horno, microondas, vinoteca y el fregadero totalmente negros. La campana extractora está totalmente integrada en el techo para no obstaculizar la visión de las puertas balconeras por las que se accede al patio y entra luz natural.
La pieza que más destaca en esta cocina es la escultural grifería en color oro mate de la península acompañado por los tiradores del mismo color.
La mesa de comedor redonda lacada en blanco completa el espacio de la cocina, que contrasta con las sillas en madera de olmo lacadas y envejecidas en negro con asiento de rejilla en fibras naturales.
Se eligieron electrodomésticos con eficiencia A+++ o A++. Estos presentan un consumo inferior al 25%. Son más caros, pero es una inversión que merece la pena, porque los electrodomésticos pueden llegar a suponer el 50% de la factura de la luz en una vivienda.
Desde una doble puerta acristalada se accede a este salón de estética minimalista, funcional y elegante, un espacio cómodo y acogedor con materiales naturales, colores claros y formas simples.
Un espacio luminoso, con una distribución y disposición de los muebles que favorece la funcionalidad y la comodidad. Se han utilizado tonalidades claras y neutras en las paredes y el mobiliario, como el blanco, gris, beige, madera de roble y fibras naturales.
La pared del sofá se decoró con una composición de cuadros de diferentes tamaños en colores arena, blanco, gris, dorado, verde y negro. Se quiso traer al interior los colores del agua y la vegetación del exterior.
Los textiles y accesorios de decoración tienen un toque étnico como los cojines del sofá y las esculturas africanas.
Los dos baños de la casa comparten las baldosas del suelo, los azulejos de pared y el color de base del papel pintado pero con algunas diferencias de estilo. En uno de los baños tanto el perfil metálico de remate del azulejo como la grifería son negros y en el otro, el remate del azulejo es del mismo material que el azulejo pero en forma de pecho paloma potenciando un estilo más clásico, en este caso toda la grifería es dorada.
El papel pintado es de tonalidades verdes rompiendo el esquema clásico de colores en blanco y negro, con dibujo figurativo en un baño y abstracto en el otro.
La baldosa del suelo de los baños es de estilo Victoriano en blanco y negro, tipo damero, en combinación con el azulejo de estilo metro Nueva York en blanco brillo; colocado de suelo a techo en la zonas de ducha y creando un zócalo a media altura en el resto de las paredes para proteger la zona baja de la pared de salpicaduras y manchas.
Los baños cuentan con un nicho en la zona de la ducha para los jabones.
El mobiliario utilizado en los dos baños es de madera de roble y está suspendido para ofrecer una sensación de ligereza y amplitud.
En el baño principal se diseñó el mobiliario a medida para aprovechar los huecos separados por un pilar para crear la sensación de un lavabo doble. La grifería de pared y los espejos a medida hasta el techo falso amplían la sensación de amplitud ya que el espacio, aunque muy bien aprovechado, es bastante pequeño.
Las habitaciones de esta vivienda se caracterizan por su blancura y sencillez. El color blanco de las paredes en combinación de muebles blancos y maderas naturales de líneas rectas y formas limpias nos ayuda a ampliar visualmente los espacios y llenarlos de luminosidad y calidez.
Los toques de color se añaden mediante complementos y textiles: colchas, cojines y cortinas de lino natural.
En la habitación principal se diseñó un cabecero de obra para salvar el des escuadre de la pared. En el lado de mayor profundidad se creó un nicho para libros para optimizar el espacio. Se laco de blanco como los armarios empotrados y se colocó una repisa de madera de roble natural laminada que le aporta calidez.
En la pared de encima se colocó un papel pintado en colores tierra y con dibujo geométrico con un toque étnico para dar calidez y movimiento al conjunto.
Los toques de color los ponen los cojines, en rosas empolvados, beiges y tonos tierra con un toque dorado haciendo un guiño a las dos lámparas de diseño que cuelgan a un lado del cabecero.
En definitiva, las habitaciones de esta vivienda son armoniosos, acogedores y favorecen la sensación de relajación.