Nuestro mayor reto en este proyecto fue la decoración. Queríamos ofrecer el máximo confort y estilo, con una combinación perfecta de elementos modernos y tradicionales. Los espacios de esta vivienda son muy grandes y nuestro cliente quería una decoración sencilla, confortable y funcional para que los huéspedes se sintieran como en su propia casa.
Se trataba de un gran caserío de una sola vivienda en plena reserva de Urdaibai que necesitaba una serie de reformas tanto en el interior como en el exterior.
El caserío se iba a destinar como vivienda turística por lo que aplicamos la normativa vigente teniendo en cuenta la accesibilidad. Para ello, las puertas antiguas se sustituyeron por nuevas puertas molduradas blancas con hoja más ancha por lo que se ampliaron los huecos de entrada de todos los espacios de la vivienda.
El etarte es una de las zonas más importantes de un caserío, es la entrada del caserío, ese lugar a resguardo de la lluvia y un lugar importante en el caserío por ser lugar de charla y de reunión; la antesala de entrada a la vivienda, por lo que decidimos revestir los suelos con una baldosa hidráulica con dibujo geométrico complementado con la caravista de la fachada principal para darle carácter a esta entrada.
En el txoko, otro de los lugares importantes del caserío, diseñamos una cocina funcional con líneas sencillas y colores blancos y naturales para dar más luminosidad. El protagonista de este gran espacio es la gran mesa de 4,00 metros de largo y 1,20 metros de ancho en pino reciclado envejecido de estilo clásico en frente de la gran chimenea de piedra. Acompañando a esta gran mesa pusimos doce sillas Thonet de estilo clásico en madera de olmo en color crudo.
El salón está presidido de un gran sofá confortable en color neutro donde los huéspedes podrán relajarse. Dos banquetas y una gran alfombra de fibras naturales acompañan al sofá y en el centro un juego de tres mesas de centro metálicas con tapas en oro envejecido y patas de hierro en negro.
Otra de los espacios a destacar es la biblioteca. Un sofá chester en color verde manzana con tachuelas doradas de estilo retro es protagonista de un lado del espacio dividido en dos por el balcón. Al otro lado está la librería y la mesa de despacho en hierro y baldas de madera reciclada de estilo industrial.
Los cinco dormitorios de esta vivienda son espacios «limpios», en los que no existe ruido visual y donde todo está perfectamente ordenado. No se ha recargado el espacio con piezas innecesarias para conseguir un ambiente equilibrado y sereno. Aun así, cada dormitorio tiene su propia personalidad.