Se trataba de un piso antiguo de 130 m2 construidos en el centro de Gernika con una distribución laberíntica y muy poco funcional, con carencias en la eficiencia energética.
El piso contaba con cuatro habitaciones, una diminuta despensa, cocina, salón cerrado y un solo baño.
El equipo Orue realizo un proyecto de interiorismo y un proyecto de decoración desarrollando cada detalle técnico, estético y estudiando la mejora de la eficiencia energética; siempre basándose en las necesidades del cliente y la forma de vivir de cada uno de los componentes de la familia, creando espacios funcionales y de confort delimitando bien la zona de noche con la zona de día.
Se crearon espacios abiertos en la zona de día, salón – comedor – cocina con un cuarto destinado a lavadero y despensa cerca de la cocina. Y en la zona de noche un baño y tres amplias habitaciones, una de ellas en suite, con baño incorporado y con un amplio vestidor. También se redujo considerablemente la longitud del pasillo. Se pusieron amplios armarios para el almacenaje en todas las estancias de la vivienda.
En el aspecto técnico y enfocado a la mejora del ahorro energético se aisló térmica y acústicamente el perímetro de la vivienda, el suelo y los techos.
Se cambió la carpintería exterior por una nueva con rotura de puente térmico, gas argón y doble acristalamiento con una transmitancia (magnitud que expresa la cantidad de energía que atraviesa un cuerpo en la unidad de tiempo) de 1,1 W/m2.K.
La calefacción por suelo radiante y el A.C.S (agua caliente sanitaria) se pusieron con aerotermia. La aerotermia es una energía renovable y es el futuro de la climatización doméstica, no emite gases ni residuos y genera más energía de la que consume. La energía que aprovecha la aerotermia está ahí, viene del aire como su propio nombre indica, está a nuestro alrededor, a nuestra entera disposición y es inagotable puesto que lo genera la propia naturaleza; ya no es necesario obtener energía quemando gas, ni gasoil, ni ningún otro combustible. Supone un enorme ahorro respecto a los sistemas de calefacción tradicionales basados en la combustión, que dan menos energía de la que consumen.
Se optó por una iluminación empotrada en el techo en toda la casa excepto sobre la barra de la cocina y en los nichos para los jabones de la pared del plato de ducha de cada baño que se colocaron tiras led. Apostamos por luces leds pasando de gastar 35/50w por bombilla a 3/6w, reduciendo hasta un 80% el consumo con las bombillas convencionales produciendo la misma iluminación. Además su vida útil es más larga y el coste de mantenimiento es menor.
Para el mobiliario de la cocina se escogió la combinación de dos colores, el blanco y el verde fiordo con encimeras y aplacado porcelanicas. Puertas lisas y tiradores yerga en color negro, al igual que la grifería y el fregadero.